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- (Rep) Revista española de pedagogía nº 255
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¿Cómo encauzar la agresividad? Una propuesta de intervención a través de juegos y deportes
La agresividad que el niño
experimenta es recomendable que la muestre sin cohibirse, una buena forma de
expresarla es a través de juegos y en el deporte.
Freud, interpreta de esta
manera la agresividad: “impulso que no puede ser controlado por la razón,
aunque si es susceptible de canalización”, por otro lado Lorenz afirma que se
trata de “un instinto que forma parte de la lucha por la supervivencia”.
Para Skinner “la agresividad
es una conducta aprendida gracias a los refuerzos o consecuencias que se
derivan de ella”.
Mientras que para Bandura se
trata de “un aprendizaje de tipo social por imitación de modelos”.
Habla también de las
diferencias que se encuentran entre los niños y las niñas, cada sexo sigue un
rol determinado por la sociedad en el que los hombres buscan sentirse ganadores,
fuertes, mientras que de las mujeres se
espera que sean sumisas, débiles, que no devuelvan el daño. Esto se ve
reflejado desde pequeños, con diferencias tales como “corres como una niña” o
“gritas como un chico”. Estas diferencias habría que dejarlas de lado para que
así los niños puedan crecer teniendo un control propio sobre su agresividad.
La intervención de los
padres y madres en el deporte condiciona de gran manera el comportamiento de
sus hijos. El “todo vale” es una opción que no debe existir, se debe acabar con
ella. Con la intervención pedagógica se ha ayudado a un gran número de padres y
madres haciendo que la agresividad en el deporte escolar se encauce hacia
formas de relación, para así acabar con el desnudo de la persona en su
dimensión social.
Tras lo expuesto
anteriormente, las investigadoras y educadoras
ven la necesidad de canalizar esa agresividad hacia la asertividad
frente a la sumisión o expresión violenta , lo ideal es escuchar a los niños y
averiguar el origen de esa agresividad y energía para encauzarlos.
Además no podemos
olvidar el hecho de que los adultos en algún momento de sus vidas también
fueron infantes , puesto que facilitaría la observación de los niños por parte
de los responsables de la educación para ser mas flexibles a la hora de emitir
juicios sobre el comportamiento de los niños , recordando así ,que esas pautas
de comportamiento fueron adoptadas por eso mismos adultos que ahora supervisan
a esos menores , por lo que es de suma importancia indagar en la
procedencia de nuestra propia agresividad y examinar la manera en la que la
proyectamos a los menores a los que intentamos educar en lugar de reprimir y
censurar la conducta de las nuevas generaciones.
Macazaga, A. M., RECALDE, M. I., & VIZCARRA, M. T. (2013). Revista española de pedagogía. ¿Cómo encauzar
la agresividad? Una propuesta de intervención a través de juegos y deportes, Vol. 71, Nº 255, 2013 , págs. 263-276.
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